UnBikerCualquiera 
Cómo suelo hacer, empezaré por el principio y acabaré por el final.
En esta ocasión, salimos cada uno de nuestra casa, nos juntamos en varios puntos, seguimos el track que puso Adrián, subimos un par de repechos, algunos bastante duros, llegamos a Chinchón, nos hicimos varias fotos, partimos para volver a casa, y, por fin, llegamos a nuestro destino.
En esta ocasión, salimos cada uno de nuestra casa, nos juntamos en varios puntos, seguimos el track que puso Adrián, subimos un par de repechos, algunos bastante duros, llegamos a Chinchón, nos hicimos varias fotos, partimos para volver a casa, y, por fin, llegamos a nuestro destino.
Bueno, he ahí un breve resumen, aunque ha quedado todo más o menos claro, haré una versión con un poco más de chicha, lo que viene a ser una de mis crónicas.
La ruta de los conejos: versión extendida, por UnBikerCualquiera:
Capitulo I
El día se presenta con la hora cambiada y las típicas preguntas, me he levantado a la hora correcta, he cambiado bien el reloj, soy el único en pie, o por el contrario, el último en despertar. Así que, para salir de dudas, enciendes el WhatsApp, ves que alguno ya ha dado los buenos días y puedes respirar tranquilo.
Una vez que ya estás preparado para salir a la calle, te das cuenta de que hace algo de fresquito, aunque se intuía que eso iba a cambiar a lo largo de la mañana... En nuestro viaje de hoy, nuestro pequeño grupo de cebadas, había quedado en varias zonas, la Independencia, el Europa y La Serna, por lo que, si les hubiéramos visto desde el aire, podríamos haber visto cómo el grupo se iba haciendo más numeroso, hasta llegar al límite de seis bikers.
Nuestros protagonistas, Miguelín, Sergio, Adrián, José Olmedo, Pablo y José (amigo de Pablo), se dirigen, en esta ocasión, hacia Chinchón. Para ello, siguieron parte del camino que hicieron en una aventura pasada, La amargura del Cerro los Ángeles, sólo que esta ocasión, no pasaron por Pinto, vieron gran cantidad de conejos, aves, pudieron cruzar un río e incluso, pudieron observar, de lejos, la estatua del alto del cerro.
Nuestra pequeña grupeta ya se había recorrido cerca de 30 kilómetros y se disponía a bajar por el carril bici de La Marañosa. Nuestros héroes cambiaron sus posiciones en función del diámetro de la rueda de su bicicleta, las de 29” iban las primeras, seguidas por las de 27,5” y después la de 26”.
Acabados los cinco kilómetros de carril bici y tras dos más de llaneo, empieza lo que sería la primera prueba del día. Está se componía de otros cinco kilómetros que pasaban de un desnivel de 510m hasta los 678m, como suele suceder en estos casos, cada uno de nuestros aventureros elige el plato que mejor se adapta a la subida, y con sus propias fuerzas, sube y sube, sin detenerse y con paso firme, hasta que llega a la cima, donde poco a poco se va llenando de ciclistas.
Los Cebada deciden hacer una parada para reponer fuerzas, disfrutar del paisaje y hacerse un selfie.
Una vez ya recuperados, nuestros amigos se “dejan caer” a través de un camino de piedras para luego volver a remontar el vuelo y finalizar así la primera parte de nuestro relato.
Capitulo II
En Chinchón, visitan la plaza, dónde se hacen la correspondiente foto de grupo y se despiden de su compañero José (el amigo de Pablo) que les tenía que abandonar, pero no se iban a quedar ahí, aún les quedaban fuerzas para subir hasta el castillo por las empinadas calles del municipio.
Capitulo III
Visitados los principales monumentos, comienza la operación regreso.
El primer obstáculo al que se enfrentan consiste en una subida de piedras sueltas por la que ya habían bajado, la subida es larga y hay varias zonas en las que las piedras dificultan el ascenso. Poco a poco, van llegando a la cumbre para descansar, disfrutar del buen tiempo y tumbarse en el césped.
De pronto, uno de nuestros guerreros, Adrián, comenta que va a seguir sólo, con el objetivo de ganar tiempo para comer, antes de su próxima batalla, la cual se realizaría en un campo de fútbol.
Acompañemos en nuestra historia al grupo de cuatro restante. Los cuatro bajaron a gran velocidad la primera cuesta que les tocó subir al principio... cuánto tiempo tardaron en subir y que poco tardaron en bajar... pero de lejos se les podía ver que se estaban divirtiendo.
Siguieron su camino divirtiéndose, pasándolo bien, llaneando, haciéndose fotos, observando gamusinos…
Llegaron hasta el final de La Marañosa, donde nuestro compañero José, tal como había avisado, dejó el grupo para seguir un trayecto más directo a su casa.
La aventura continua, los líquidos de las botellas de nuestros cebadas estaban llegando a su fin, el sol apretaba, hacía calor y quedaban cerca de 30 kilómetros hasta el destino final. Llegando a Fuenlabrada, nuestros héroes deciden volver a casa en Renfe, que con 120 kilómetros realizados, el desnivel acumulado y el calor, no parecía mala idea. Así que dicho y hecho, consiguen llegar hasta la estación de Renfe de Polvoranca, donde se acaba nuestra historia de hoy.
Crónica realizada por:UnBikerCualquiera
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