PSR67 

Bueno, pues con algo de retraso, por lo cual pido disculpas, voy a ver si soy capaz de hacer una crónica de la ruta que hicimos desde Fuenlabrada a Chincón y vuelta.
Todo empezó en un reto planteado, vamos a hacer la ruta para preparar la Monegros, quien se apunta?, pues nada, que pasaban los días y naide se apuntaba mire usted, pero hete aquí, que según se acercaba la fecha, empezaron a apuntarse unos caballeros, pues la dama ya estaba apuntada la primera, faltaría más, y en un abrir y cerrar de ojos, estábamos siete jinetes cabalgando sobre monturas rocinantes, y una bella doncella sobre corcel majestuoso, (también conocida como la pitufina, digo la montura, claro está), y así nos citamos en la estación de la Serna, para iniciar este místico y aventurero recorrido hacia tierras de anisete y buen vino, hacia Chincón. Así que primera foto de grupo.
Iniciamos recorrido los siete escoltas de tan adorable dama, dirigiéndonos por carril bici haci terrenos conocidos como cuestas del bricor. Seguimos senda hacia el palacio conocido como Albergue La Pollina, lugar de encuentro de infantes y caminantes donde dan merecido descanso a su maltrechos cuerpos, continuamos por un lugar llamado Polígono Industrial, hasta que atravesamos por un invento del infierno llamado pasarela, la cual, ya no tiene ni presenta ningún misterio para nuestra doncella, pues la atraviesa con la majestuosidad que la caracteriza.
Continuamos por buenas pistas, y en un momento dado, inicio cabalgada para realizar alguna toma gráfica para la posteridad, de lo cual doy buen ejemplo. Y como no selfie con la dama conocida en su aldea como Quilla, Jefa, etc.
Seguimos, no sin antes realizar el cronista, o sea yo, una parada para fertilizar estos campos de dios, terminado lo cual, y levantando la vista después de guardados a buen recaudo los atributos masculinos, me doy cuenta que no hay nadie, pues han azuzado a sus monturas como si no hubiera final, y de repente me asaltan las dudas al llegar a un cruce, será por aquí o será por allá, en estos pensamientos me hallaba, cuando en las postrimerías del horizonte observo unos jinetes con sus correspondientes monturas, y allá que me lanzo.
Continuamos y en un punto dado, nos encontramos con una buena bandada de cigüeñas, nos intercambiamos comentarios que si son buena señal, que si tal, que si cual, aunque realmente un poco más adelante encontraremos el misterio
de tan nutrida reunión de tales aves, continuamos por una pista y llegamos a una zona donde nos esperaban unas traicioneras y malpensadas arenas movedizas, como yo iba primero me voy por la izquierda, pero el bueno de Raúl, desoye los consejos, y como va sobrado de fuerzas, y demás, pues dice, yo por la derecha, y así le meto más peso a la bici, y aquí podéis contemplarle quitando un poco de tan pesada carga, pues se da cuenta que había cargado de más las alforjas.
Mientras esperamos, unas fotitos y un selfie.
Recorrido un tramo de pista llegamos a la última subida, donde al principio de esta, por un fallo mecánico, sufre un percance nuestro buen amigo Pedro, que le hace dar con su osamenta en el suelo, afortunadamente sin mayores consecuencias.
Terminada la subida y ya vislumbrando que nos acercamos a nuestro tan ansiado destino, me adelanto para hacer las fotos del grupo terminando la ascensión.
Y como no, en el alto, y con el fondo de la villa tan ansiada, nos hacemos una foto de grupo.
Continuamos, y ya en el interior de tan magnifica villa y en la plaza del pueblo, nos hacemos una foto para el recuerdo de tan esperado momento, pues queda inmortalizada nuestra presencia en tan magnánimo lugar.
Después de meditar unos instantes, nos dirigimos en busca de buena posada donde dar descanso a nuestros esqueletos y llenar nuestros estómagos de buenas viandas y frescos caldos, de los cuales damos fé con las siguientes imágenes.
Terminado tan merecido ágape, nos despedimos de nuestro buen amigo José Olmedo, pues él va a continuar hacia la villa de Aranjuez para allí volver a su lugar de residencia, en un invento del demonio denominado Tren, y los demás iniciamos viaje de regreso por el mismo recorrido por el cual habíamos venido, lo único a reseñar, es que cuando llegamos a la falda el alto conocido como la Marañosa, decidimos volver por carril bici, pues es más cómodo y las fuerzas en algunos jinetes andan un poco escasas, la vuelta un infierno, pues los últimos 20 kilómetros son peleando contra un viento de cara que nos merma más si cabe las fuerzas que nos van restando.
Así llegamos de nuevo a la villa de origen, donde nos separamos para ir cada uno a nuestros lugares de aposento, menos Patricia, Vicen y Riky que se retiran a un lugar llamado bar donde seguro dieron cuenta de suculentos manjares y no menos delicioso zumo de cebada.
Como siempre, muchas gracias por compartir ruta, fue un gustazo esas subidas exigentes, y esas bajadas con velocidades de vértigo. Y bueno, así fueron las cosas y así se las he contado, aunque tengo muchas más anécdotas en la cabeza, pero si no, esto duraría demasiado.
Un saludo a todos y buenas rutas. Alguna foto más.
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