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domingo, 28 de septiembre de 2014

Talajara

abel rodriguez
Saludosssssss

No se si alguien más hizo la Talajara el pasado domingo, pero por si os interesa os pongo por aquí una crónica y alguna fotillo. A la carrera fui con una amiga mía de Granada, que es una bestia parda y es con quien tengo previsto hacer la Titan Desert el año que viene. Decidimos en su momento hacer la de 80 km, porque esto era más un test que una competición para nosotros.


Nos levantamos sobre las 7 de la mañana, la idea era salir a las 8, llegar sobre las 9 y calentar algo para la salida, que era a las 10. Al llegar a Talavera llovía de forma débil, pero el cielo estaba negro, así que ya imaginamos que nos iba a tocar sufrir lluvia y el derivado, barro. Nunca llegamos a pensar en lo que nos íbamos a encontrar, auténticos barrizales donde las ruedas se hundían casi enteras en algunos tramos.

Llegamos al sitio de la salida y había ya un montón de gente, una marea de cabezas de colores con chubasqueros inmensa. Nos pusimos de los últimos, estaba claro que íbamos a comernos todo el atasco de los primeros kilómetros. Una vez se dió la salida, calculo que a los 5 minutos empezamos nosotros a andar. Primeros kilómetros lloviendo, con frío porque íbamos muy lentos y el cuerpo no se calentaba. Salimos ya a los senderos y el barro era tremendo. En seguida nos llenamos de barro piernas y brazos. El ritmo era muy tranquilo pero al menos íbamos moviéndonos, hasta el km 5 o así que llegó el primer atascazo. Un ligero repecho donde había mucho barro y los primeros que llegaron se pararon, y claro de ahí el resto igual. Fueron como 10 minutos, nos quedamos fríos otra vez y cuando reanudamos la marcha era una odisea intentar adelantar. Tras unos km después de tanto bache paramos a orinar, que la vejiga se queja, jejeje. Reanudamos y hacemos, por fin, unos 5 km a ritmo mejor lo que nos permite calentarnos de verdad. Hay alguna subida suave pero nada serio, sin embargo las primeras sensaciones son estupendas, ambos vamos perfectos. En seguida llegamos el primer avituallamiento, km 22, y decidimos que no paramos. Vamos cojonudamente, apenas hemos gastado bebida y además aprovechamos para quitarnos un saco de gente. Justo después del avituallamiento hay un túnel curioso que pasamos casi a oscuras, de hecho hay un momento que no se ve nada y tienes que confiar en no chocarte.

A partir de ahí empezó realmente la Talajara para nosotros. Ya en terreno de subida, suave pero picando, decidí tirar fuerte, sin ir a tope pero fuerte de verdad, y Eli estuvo de acuerdo. Fueron 10 km donde me di cuenta que sí que era mi día. Subía como un poseso, Eli me seguía aunque haciendo la goma y nos merendábamos a todo Dios. Puse el pulsómetro en modo velocidad para ver cómo iba y subíamos a unos 28-30 km/h. Pasábamos a todo el mundo, y con Eli había cachondeo porque era la única chica que había por esa zona y además a ese ritmo. Llegamos al km 33, donde empezaban los tramos de subida "de verdad" y paramos un momento a quitarme el cortavientos y tomarnos un gel de cafeína para insuflarnos un extra de fuerza. Antes de ir a por todas, grabamos un poco con la GoPro, que es de las cosas más divertidas de hacer en carrera, de verdad. Te relaja un rato y además luego mola verlo. Pasamos también el segundo avituallamiento en el que decidimos no parar tampoco, íbamos perfectos de todo. Ya en los tramos de subida, hubo varias zonas complicadas, todo era mucho más difícil y duro por el barro, que te obligaba a hacer un esfuerzo extra. Empecé a ver pinchazos, caídas y cadenas rotas, y lógicamente uno piensa "por favor que no me toque a mí", porque siempre es un coñazo un problema mecánico, pero en esas circunstancias es doblemente peor.

Antes de llegar al km 52, tercer avituallamiento, hacemos unos 5 km de bajada peligrosa de *******. Barro por un tubo, las bicis patinando, pie a tierra muchas veces para no matarse, porque el sendero además era estrecho e irregular, lleno de piedras. Fue el único momento donde verdaderamente no lo pasamos bien, era muy peligroso y teníamos la sensación de jugarnos la vida, literalmente. Había muchas papeletas para caerse, pero por suerte y con mucha prudencia conseguimos bajar enteros. Me adelanté porque Eli decidió bajar casi todo andando y la esperé en la entrada al pueblo. En este avituallamiento si paramos, probé las migas, riquísimas, pero no me comí todo el plato porque el chorizo era una mala idea para el resto de la carrera, jejeje. La parada fue breve, unos 5 minutos, donde zampamos unos plátanos y naranjas, rellenamos bebidas y seguimos. Seguía el terreno irregular y además quedaba la subida más dura, la famosa cuesta del burro. Una vez pasadas un par de subidas duras a la izquierda se divisaba la cuesta. Desde lejos me di cuenta que ni de coña la podía subir en la bici. Mogollón de gente andando, porcentaje bestia por encima del 20% y el barro. Intenté subir lo que pude pero a los 50 metros vi que era absurdo, así que me bajé de la bici y en procesión hasta arriba. Subir con la bici andando es duro también, bastante.

Pasados unos km, sobre el 65 calculo, después de un terreno complicado donde en alguna subida más pensé en echar pie a tierra, llegamos al último avituallamiento. Antes hubo un tramo donde Eli me decía que íbamos muy bien. La verdad es que adelantábamos constantemente gente incluso en las subidas y nadie nos pasaba, así que teníamos esa impresión. En el avituallamiento sentí que iba bien pero tenía un hambre brutal. Me zampé como 5 plátanos y cogí un isotónico para rellenar la Camelbak. Además el isquiotibial derecho empezaba a dar toques de atención. Proseguimos la marcha, apenas quedaban 15 km, presumiblemente llanos. Los ******* llanos.

Hacia el km 72 nos encontramos todos de bruces con una subida ******, que nadie se esperaba, salvo un chaval que se descojonaba diciendo "Os creíais que ya estaba verdad?" Pues claro que lo creíamos, ¡en el perfil no aparecía esta subida, o al menos no tan dura! Jajaja. Posiblemente fue la parte más dura. Además de que llevábamos ya muchos km en las piernas, el factor sorpresa fue decisivo. Por si fuera poco no era una subida mantenida, sino que eran como 5 ó 6 sube baja muy puñeteros. Eli se quedó en seguida, ella es de subir a ritmo y los sube baja la destrozan, así que mantuvo un ritmo más cómodo pero se lo tomó con cierta tranquilidad. Yo decidí echar el resto. La Talajara era para probarme, qué diablos, y aunque era consciente de que en la Titan estos esfuerzos habrá que dosificarlos aquí fui a saco. Aprovechando la inercia de las bajadas empezaba las subidas fuerte, cambiaba desarrollo rápido para seguir subiendo y así con todas. En las dos últimas ya vi que las fuerzas iban justas, y además el isquiotibial derecho ya si empezaba a ***** de verdad. Pasada toda la subida, bajé el ritmo para esperar a Eli y llegar juntos a meta, le había sacado más de lo que pensaba, así que grabé otro rato con la cámara y en seguida note que el gemelo derecho había sido víctima de este esfuerzo final, empezaba a acalambrarse. Me relajé y subí desarrollo para ir con tensión en la musculatura y al rato llegó Eli, que ya iba justita también, no en vano ella llevaba 15 clases durante la semana en las piernas, pero aún así va como Dios la tía.

Fueron unos 6 km hasta la meta donde íbamos ya relajados, saboreando el momento y muy contentos porque teníamos claro que esto marcha, que tenemos ritmos parecidos y nos compenetramos estupendamente, cosa fundamental para la Titan. Yo tenía mis dudas, se lo dije, no sabía si iba a dar la talla, y ella me dijo que iba genial, que se había sorprendido porque tiro bastante bien. Fue reconfortante, qué diablos, y las sensaciones de hacer algo así no tienen precio. Lo comentábamos ya llegando, que esta felicidad no está pagada, porque salvo la bajada peligrosa habíamos disfrutado como enanos.

Ya por la noche, tras volcar los datos de la carrera, fui consciente de que habíamos ido muy muy bien, incluso diría que mejor de lo esperado. Si quitamos los primeros 20 km, que no son "reales" y cogemos los 60 restantes y los extrapolamos a 80 km, nos sale una media de alrededor de 20 km/h, que es realmente genial, considerando desnivel, barro y demás. Además es que las sensaciones en carrera fueron muy buenas, adelantábamos mucha gente, y eso es importante porque por fin te pones en situación, cuando entrenas solo no te mides de verdad. Y el caso es que tampoco íbamos compitiendo contra los demás, sólo con nosotros mismos, pero reconforta ver que oye, que vas bien, por fin. ¡Esto marcha!
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abel rodriguez

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